Llega el otoño y con él los paisajes se tiñen de nuevos colores que resaltan la belleza de nuestro entorno y sirven de inspiración para la creación y transformación de nuevos espacios, en sintonía con una temporada más fresca y apacible, llena de contrastes.

Basta con fijarnos en la naturaleza que nos rodea y recordar parajes como el hayedo de la Selva de Irati, los viñedos de La Rioja o el bosque del parque natural Gorbea, para apreciar la nueva paleta de tonos rojos, naranjas y amarillos que colorean las hojas de los árboles y que podemos aplicar en la decoración de ambientes con estilo.

Tomando estas referencias naturales, podemos utilizar las siguientes combinaciones para decorar este otoño:

Verde esmeralda y neutros

El verde esmeralda recuerda al musgo que surge y se adhiere a los troncos y suelos de los bosques. Es un color formidable, que queda muy bien junto a tonos neutros como los marrones claros y medios de materiales naturales como la madera de suelos y el mobiliario. También luce entre el blanco roto y el beige.

Amarillo mostaza, azules y grises

Los azules de medios a oscuros y el amarillo mostaza marcan tendencia en interiorismo. Aunque parezca una combinación atrevida, es un acierto si se aplican en elementos accesorios como los textiles: sofás, cojines, alfombras, mantas, entre otros. Ambos tonos dan el toque de alegría entre los grises que aportan el equilibrio y sosiego.

Gris tiburón y azules

La intensidad del cielo otoñal con sus nubes cargadas de lluvia y la oscuridad del atardecer que se hace cada vez más prematuro, sirven de ejemplo para crear interiores con mayor dramatismo y carácter. Para lograr la armonía con esta combinación es ideal alternar el azul del pastel al oscuro con el gris, entre elementos textiles, paredes y papel pintado.

Terracota, ocres y neutros

El color terracota es uno de los más representativos de esta época transicional, por estar muy presente en la naturaleza, sobre todo en las hojas de los árboles y troncos. En la decoración interior combina bien junto a rojos, ocres, amarillos, y a colores más tradicionales y neutros como el beige y los distintos tonos claros de la madera.

Rojo, gris y marrón

El rojo tan popular en la decoración de fin de año queda bien en cualquier ambiente, siempre que se use con prudencia. El tono de la pasión es un acierto entre elementos grises y marrones, como las distintas tonalidades de la piedra y la madera.

Púrpura, neutros y rojos

Si la idea es dar un toque chispeante, alegre y con personalidad, los morados, desde el más intenso como la berenjena hasta el más suave como la lavanda, son una buena elección. El púrpura queda bien junto al vibrante rojo granate y los clásicos blanco, gris y beige, siempre que se use en piezas clave como textiles y otros complementos decorativos de menor tamaño.